Miedos y dudas en el embarazo

Hola a todos y a todas,

En este embarazo me están surgiendo miedos y dudas que en el anterior no me nacieron.

Mi mayor miedo ahora es que nuestra guindilla lo pase mal. No quiero verla sufrir, no quiero que se sienta desplazada, no quiero…

Durante cuatro años y medio toda la atención y toda la dedicación ha estado enfocada sólo a ella. Sé que aunque le hagamos participe pueden surgir celos. También creó que teniendo cuatro años puede entender algunas situaciones si se las explicas previamente, pero también creo que a la contra los rebotes que se coja pueden ser mayores por ser más consciente de la situación. ¿Vosotros también tuvisteis ese miedo a que los mayores se sintiesen desplazados?

¿Cómo le estamos haciendo participe durante el embarazo?

Igual se lo contamos muy pronto porque queríamos que fuese ella la que diese la noticia a la familia.

A la primera ecografía que nos hicimos por lo privado antes de la semana 12 (en la Seguridad Social) nos acompañó y pudo escucharle el latido de corazón junto a nosotros.

Después para su cumpleaños le regalaron dos cuentos que son preciosos y que ella es la que nos pide que se los leamos. Incluso uno de ellos lo llevó al colegio y la profesora le preguntó si le dejaba también que la profesora de la otra clase se lo leyese a sus alumnos.

En la semana 16 volvimos a ir al ginecólogo privado y nos volvió a acompañar.

Cuando los movimientos del bebe comenzaron a ser notables y visibles para todos yo le preguntaba si quería tocar la tripa para notarle. Siempre respetando su respuesta y nunca obligándole a ello.

Cuando estuvimos en Londres, en los puestos de Covente Garden vimos en uno de ellos gorros como del tamaño de nuestra guindilla y también tenían conjuntos de pijama, gorro, manoplas y bandanas para bebés. Le dejamos que eligiese un gorro para ella y un conjunto para su hermana.

Cuando recuperamos del trastero las cajas con su ropa de cuando era un bebé, ella fue la que abrió las cajas y las estuvo mirando.

En las últimas semanas, que lavamos la ropa ella nos ayudó a doblarla; y eso salió de ella cuando nos vio lo que hacíamos.

También hemos comprado más cuentos relacionados con la llegada de un nuevo miembro a la familia y otros que creo que teníamos que haber adquirido hace tiempo.

Por último, preparando la maleta del hospital y el bolso del carro le pedí a ver si me ayudaba a elegir la ropa para la salida del hospital y también un conjunto para llevar de recambio en el bolso del carrito por si se mancha. Y su respuesta fue: ¡Claro que sí!

Cada vez las muestras de cariño hacía su hermana son más. Me da besos en la tripa, le habla…

Está claro que cuando nazca puede que lo lleve más o menos bien si le seguimos haciendo participe en el día a día. Por ejemplo, a la hora del baño, del cambio de pañal, de vestirla, de salir de paseo (dejándole empujar el carrito si le apetece).

Tendremos que buscar momentos en los que solo sean para ella. Irme con ella una hora aunque sea al parque o de recados pero en el que uno de los dos, sobre todo al principio, este 100 % el tiempo que sea con ella.

Más adelante, si las tomas que realice la bebé se van alargando podremos hacer algún plan los tres, como ir al cine, como hacíamos cuando no estaba la bebé. O el año que viene irnos a esquiar un día los tres.

Son planes que se me ocurren ahora que cuando llegue el momento no sé si podremos o no hacerlos. También os lo digo, porque igual no son viables del todo 🙂

En estas últimas semanas, además de ese miedo a que ella pueda pasarlo mal, también me está empezando a entrar miedo con respecto al parto.

Me pregunto cómo será, del anterior tengo buen recuerdo todo hay que decirlo. Igual también la situación me hizo tener parte de la cabeza y el corazón fuera del parto. Pero para mí fue corto para lo que se suele oír de las primerizas.

También igual fue que nos pilló un poco por sorpresa. Os juro que ahora mismo pagaba por un parto como el anterior!

Y ese es mi miedo, imaginarme que sea más largo o demasiado corto y no me dé tiempo a llegar al hospital. Que pueda acabar en una cesárea. No es que tenga nada en contra de las cesáreas pero es una operación y para una persona que no le han operado nunca y es un poco aprehensiva con la sangre, las heridas… que queréis que os diga, me acojona que se dé esta situación.

No sé si seré capaz de aguantar el dolor o tener que parir sin epidural porque aunque la pida ya no me la puedan poner porque estoy dilatada de bastante.

Esto y un sinfín de cosas son las que últimamente se me pasan por la cabeza y me dan pavor. ¿Alguna qué se coma tanto la cabeza  como yo ante situaciones que no puedes controlar?

Mi chico me dice y me decía no pienses y no leas tanto que al final es peor. Y al final va a tener razón. ¿Vosotr@s qué opináis?

Esperó que os guste!!!

Pd. Si queréis que escriba una entrada relacionada con los cuentos que tenemos relacionados con la llegada de un nuevo miembro hacérmelo saber en comentario.

Un besazo.

Judith

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